Un ejemplo de cambio conceptual experimentado por mí.
Un
cambio conceptual producido en mí…
A lo largo de mi vida he experimentado varios
cambios conceptuales conscientes y muchos cambios conceptuales de los cuales no
fui capaz de darme cuenta cuando se estaban produciendo.
Recuerdo
dos casos en los que realmente me dí
cuenta de que ese proceso estaba ocurriendo:
El primero está relacionado con la lectura
y las matemáticas. A mí siempre me han gustado las novelas de ciencia ficción,
fantásticas y de aventuras. En la biblioteca de mi casa siempre había montones
de libros. Uno de los libros me llamaba mucho la atención por el dibujo de la
portada y su título llamativo. Yo quería leerlo, pero además de ser un relato
fantástico necesitaba para poder comprender muchas de las cosas que allí se
planteaban algunos conocimientos matemáticos y físicos. Llegaba a un capítulo
concreto y no era capaz de entender lo que se explicaba con fórmulas
matemáticas.
Podía
haber saltado esas páginas y seguir con la historia pero me gustaba tanto que
no quería perderme ninguna información. Así que comencé el libro unas cinco
veces y no fui capaz de terminarlo, entre los 12 y los 18 años más o menos.
Un día
cuando ya era más mayor en una clase de física, el profesor estaba explicando
cómo se movían los satélites y planteaba una serie de formulas. Al despejar una
de ellas, se me vino a la mente una de las páginas del libro que había
intentado entender tantas veces. Presté mucha atención y en ese mismo momento
fui consciente de que ese nuevo conocimiento me iba a dar la “llave” para
entender lo incomprensible hasta ese momento. Este nuevo conocimiento
reestructuró lo previos e incorporó nuevos conceptos a mis esquemas matemáticos
mentales, contemplé la situación desde otra perspectiva distinta, la del
entendimiento. Y llegué a mi casa… volví a coger el libro para leerlo otra vez
y esta vez pude entender lo que se planteaba en él. Mi sensación fue de
satisfacción y alegría.
Realicé
ese cambio conceptual, mis esquemas mentales se reajustaron con esa nueva
información, surgiendo nuevas relaciones y ampliaciones entre ellos. Y tuve la
sensación de que mi conocimiento había evolucionado hacia estructuras más
complejas.
El segundo caso está relacionado
directamente con mi trabajo y este cambio se produjo cuando me enfrenté sola
por primera vez a una clase como profesora.
Yo
había estudiado millones de teorías y metodologías. Las tenía adquiridas todas
en mis esquemas mentales enfocados a la práctica en el aula. Me dí cuenta que
estos conceptos no me servían para impartir docencia en el día a día, los tenía
interiorizados pero no habían cambiado mi forma de actuar de una forma activa.
Al enfrentarme a distintas situaciones lo
hacía como sabía (conocimientos previos) pero los resultados no eran buenos. No
ponía en práctica todo lo que había aprendido y no entendía el porqué. Así que
las pruebas de ensayo error me llevaron a realizar esos cambios conceptuales en
mi forma de interactuar con los alumnos en el aula.
Por
poner un ejemplo concreto puedo decir que entraba en el aula y pretendía
trasmitir conocimientos toda la hora, para que aprendieran más (eso creía yo),
utilizaba el recurso de la pizarra tradicional como uno de los principales
recursos de enseñanza (así me habían enseñado a mí) y me daba miedo utilizar
otro. Yo conocía teorías sobre los
periodos de atención y de aprendizaje
por descubrimiento, pero me sentía más segura explicando todo yo.
¿Por
qué actuaba de distinta manera a la que indicaban mis aprendizajes anteriores?
La razón era obvia no había experimentado y por lo tanto no había tenido la posibilidad
de darme cuenta de mis errores y de que los conocimientos que tenía no me
servía.
La
experiencia me hizo reestructurar y reorganizar estos conocimientos y
relacionarlos de forma distinta. No quiero decir con ello que ahora hiciera
todo lo que había aprendido en los libros, si no que combinando lo que yo creía
que debía de hacerse en clase (conocimientos previos) con la información
proveniente de mi experiencia en el aula (nuevos aprendizajes) reorganicé mis
esquemas mentales para buscar las estrategias
más útiles de trabajo (estilo de enseñar). El cambio lo fui realizando
progresivamente.
Fui
consciente de ese cambio porque mis actuaciones iban cambiando y mejorando.
Me gustaría dejar constancia aquí que he
presentado estos dos casos diferentes porque los cambios conceptuales pueden
venir dados por diferentes motivos, uno puede ser la madurez del individuo, la
cual te permite entender los nuevos conocimientos cuando tienes otros que
necesitas como base, no antes. Y por otro lado también puede venir dado porque
aunque tenemos estos contenidos no están realizadas las relaciones entre ellos
correctamente en esos casos las estructuras de conocimiento se amplían,
reestructuran y organizan de otra forma más funcional para poder servirnos de
utilidad.
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